Entrenamiento de la resistencia específica
Parte I: Introducción a las Demandas Físicas
En cada deporte, se puede observar que algunos componentes físicos tienen un mayor énfasis que otros. Por ejemplo, en deportes como el fútbol, el basquetbol y el tenis, la velocidad y la agilidad son características clave. Mientras tanto, en deportes como el ciclismo, la fuerza y la resistencia son elementos más importantes.
Es importante tener en cuenta que estas demandas pueden variar dependiendo del nivel de habilidad del atleta, la posición en el deporte y la estrategia de juego. Por lo tanto, es fundamental realizar un análisis detallado del deporte y del atleta para determinar las demandas físicas específicas.
Además del análisis del deporte mismo, las mediciones fisiológicas también pueden ser útiles para determinar las demandas del deporte. Estas mediciones pueden incluir pruebas de fuerza, velocidad, resistencia y agilidad, así como pruebas de capacidad aeróbica y anaeróbica.
En resumen, es crucial tener un conocimiento general de los componentes clave de cada deporte y de sus demandas fisiológicas al momento de diseñar un programa de entrenamiento. Esto nos permitirá desarrollar un plan acorde y seguro que se ajuste a las necesidades específicas de los atletas.
Parte II: Determinar las Características del Rendimiento Físico en cada Deporte
Desde mi punto de vista, para crear un modelo de entrenamiento inteligente es fundamental estudiar las demandas físicas específicas de cada deporte. Esto implica analizar factores determinantes, como los extrínsecos y los intrínsecos del deporte, así como el rendimiento aeróbico, anaeróbico y las manifestaciones de la fuerza. Conocer estos aspectos nos permitirá diseñar un programa de entrenamiento adecuado y personalizado para cada individuo y deporte. Analicemos cada uno de estos puntos:
- Factores extrínsecos
Los factores extrínsecos que determinan el rendimiento, la temperatura, humedad, viento y altitud pueden afectar el rendimiento de los jugadores. Por ejemplo, competir en un clima extremadamente caliente puede afectar la resistencia y el rendimiento aeróbico de los atletas. La propulsión y la aerodinámica también son factores extrínsecos a considerar en deportes de tiempo y marca. Por ejemplo, el diseño de la ropa, calzado y accesorios que utilizan los atletas pueden tener un impacto positivo en su rendimiento deportivo.
- Factores Intrínsecos
En cuanto a los Factores intrínsecos, los aspectos fisiológicos y antropométricos son importantes. Por ejemplo, la capacidad aeróbica de un atleta puede determinar su resistencia durante la competición. Además, factores como la composición corporal, la altura y el peso pueden influir su velocidad, la fuerza y la agilidad. Los aspectos metabólicos y neuromusculares también desempeñan un papel importante en el rendimiento. La capacidad de respuesta rápida y la coordinación neuromuscular son cruciales para el éxito en las acciones técnicas de la competencia. Finalmente, los aspectos técnicos y biomecánicos también son determinantes, la biomecánica del movimiento, como herramienta para la eficiencia en la ejecución de los gestos técnicos, puede influir en la velocidad y la precisión de las acciones.
- Rendimiento Aeróbico
El rendimiento aeróbico se refiere a la capacidad del organismo para utilizar oxígeno de manera eficiente durante la actividad física. Existen diferentes parámetros que se utilizan para medir el rendimiento aeróbico, tales como la capacidad aeróbica máxima, el umbral anaeróbico y el consumo máximo de oxígeno (VO2 máximo).
Realizar un análisis de esta capacidad, nos brinda información importante sobre el rendimiento físico. Por ejemplo, en el hockey y nos ayuda a entender las necesidades específicas de cada posición. La distancia promedio recorrida en el deporte en general es de 5.5km, lo cual indica que los jugadores están constantemente en movimiento y requieren una buena resistencia aeróbica.
Sin embargo, las defensoras tienen una mayor demanda física, ya que recorren en promedio 6.5km durante un partido. Esto sugiere que las jugadoras que ocupan esta posición deben tener una capacidad aeróbica más alta para poder cumplir con las exigencias del juego.
En resumen, este análisis nos proporciona información valiosa sobre el rendimiento físico en el hockey y nos permite entender las demandas específicas de cada posición. Esto nos ayuda a diseñar programas de entrenamiento adecuados para las jugadoras, con el fin de optimizar su rendimiento en el campo de juego.
- Rendimiento Anaeróbico
En el rendimiento anaeróbico se evalúa la capacidad del cuerpo para realizar esfuerzos intensos y de corta duración, como sprint o levantamiento de pesas. Este factor está determinado por la capacidad de los músculos para producir energía en ausencia de oxígeno. Los deportistas con altos niveles de rendimiento anaeróbico suelen tener una mayor fuerza y potencia muscular. Sin embargo, también es importante tener en cuenta la capacidad de recuperación después de estos esfuerzos intensos.
Una variable de analizar la capacidad anaeróbica es estimar el volumen de carrara a alta intensidad. En el caso de los delanteros, se estima que su volumen de carrera a alta intensidad puede superar los 3000m por partido, Debo mencionar que estos valores son aproximados y pueden variar de acuerdo a diversos factores, como la estrategia de juego del equipo, el nivel de intensidad del partido, la posición individual de cada jugador, entre otros. Además, de qué punto a qué punto cual es la velocidad de la carrera que determina que sea de alta intensidad va a depender de cada autor.
- Manifestaciones de la Fuerza
En el ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte, se pueden observar distintas manifestaciones de la fuerza. Estas manifestaciones se refieren a cómo se utiliza y se aplica la fuerza en diferentes situaciones deportivas. McGuigan (2010) plantea que la fuerza puede dividirse en fuerza explosiva y fuerza resistente. La fuerza explosiva se refiere a la capacidad de generar una gran cantidad de fuerza en un corto período de tiempo, como en un salto o un lanzamiento. Mientras tanto, la fuerza resistente se refiere a la capacidad de mantener una fuerza constante durante un período de tiempo prolongado, como en una carrera de resistencia.
Además, la fuerza también puede ser clasificada en fuerza estática y fuerza dinámica. La fuerza estática se refiere a la capacidad de mantener una posición fija o resistir una fuerza externa sin movimiento, como en una plancha o un levantamiento de peso estático. Por otro lado, la fuerza dinámica se refiere a la capacidad de generar fuerza durante un movimiento, como en una sentadilla o un levantamiento de peso dinámico.
En resumen, en el ámbito de las ciencias de la actividad física y el deporte, el término fuerza puede tener diferentes interpretaciones y puede ser medido y clasificado de diversas maneras, dependiendo del enfoque y la disciplina específica. La fuerza muscular es esencial en muchas actividades deportivas y formas de ejercicio, ya que permite la generación de movimiento y el rendimiento óptimo
Un consejo que les puedo dar, es estudiar el concepto de fuerza aplicada. La fuerza aplicada en el deporte es esencial para mejorar la aceleración, propulsión, lanzamientos y cambios de dirección de los atletas. La fuerza aplicada es una habilidad que se puede desarrollar a través de un entrenamiento adecuado y una comprensión sólida de los principios biomecánicos.
Para concluir, el análisis del rendimiento físico en los deportes es una herramienta invaluable para los entrenadores y atletas. Nos ayuda a entender las demandas específicas de cada deporte, diseñar programas de entrenamiento efectivos y personalizados, y mejorar el rendimiento de los atletas en la competición.
Parte III: Aspectos condicionantes a saber antes de Planificar
El diseño de la carga de entrenamiento en la pretemporada debe tomar en cuenta varios factores importantes, como el nivel de los atletas, el tiempo disponible, el calendario de competición, la edad, la disponibilidad de infraestructura y materiales, y los objetivos institucionales y/o deportivos. Una vez que estos aspectos se han considerado y resuelto, se puede comenzar a planificar las etapas específicas que llevarán a los atletas a alcanzar los objetivos propuestos.
En primer lugar, se debe considerar el nivel de los atletas. Si se trata de deportistas de élite, se requerirá de una carga de entrenamiento más exigente y especializada. Si, por el contrario, se trata de deportistas amateurs o principiantes, la carga de entrenamiento deberá ser progresiva y adaptada a sus capacidades físicas y técnicas.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el tiempo disponible para la preparación. Si se dispone de varios meses de pretemporada, se podrá planificar una carga de entrenamiento más gradual y progresiva. Sin embargo, si el tiempo es limitado, se deberá realizar una planificación más intensa y concentrada en el desarrollo de las capacidades físicas y técnicas necesarias para la competencia
El calendario deportivo de competición también influye en la planificación de la carga de entrenamiento. Es importante conocer las fechas de las competencias y ajustar la carga de entrenamiento para que los deportistas lleguen en óptimas condiciones físicas y técnicas a cada evento.
La edad de los deportistas también es un aspecto a considerar. Los niños y adolescentes tienen necesidades de entrenamiento diferentes a los adultos, por lo que se deberá adaptar la carga de entrenamiento a su nivel de desarrollo físico y psicológico.
Además, se debe tener en cuenta la disponibilidad de infraestructura y materiales. Si se cuenta con una sala de pesas, una pista de atletismo, una piscina u otros recursos, se podrá planificar una carga de entrenamiento más variada y específica. En caso contrario, se deberán encontrar alternativas y adaptar los entrenamientos a los recursos disponibles.
Por último, se debe considerar el planteamiento de objetivos institucionales y/o deportivos. Si se busca ganar una competencia específica, se deberá planificar la carga de entrenamiento de forma más intensa y centrada en el logro de dicho objetivo. Si, por el contrario, el objetivo es el desarrollo y mejora de los deportistas en general, se podrá planificar una carga de entrenamiento más equilibrada y diversificada.
Una vez que conocemos estos aspectos condicionantes, los planteamos sobre la mesa y resolvemos las interrogantes se podrá comenzar a planificar cada una de las etapas que permitan cumplir con los objetivos propuestos. Como explique anteriormente, conociendo de ante mano las fechas de torneo, se comenzará a planificar de atrás hacia delante, sabiendo que deberá existir previo a la competición un periodo de puesta a punto (etapa precompetitiva y/o etapa de pre temporada). Esta etapa precompetitiva requerirá de una planificación cuidadosa de la carga de entrenamiento, considerando factores como la intensidad, el volumen, la frecuencia y la duración de los entrenamientos.
Parte IV: Plantear Objetivos para el desarrollo a largo plazo
Es fundamental tener en cuenta la periodización del entrenamiento, es decir, dividir el año en diferentes fases o etapas con objetivos y cargas específicas. Esto permite una progresión adecuada y evita el sobre entrenamiento y posibles lesiones. En cuanto a los métodos de entrenamiento, existen diferentes enfoques y técnicas que se pueden utilizar, como la resistencia aeróbica y anaeróbica, la fuerza explosiva, la velocidad, la flexibilidad y la técnica específica del deporte, las variables son muchas para este articulo así que adentrarnos en estos temas en particular lo voy a dejar para un siguiente posteo.
En un modelo de desarrollo a largo plazo es importante tener en cuenta también la etapa de desarrollo en la que se encuentra el deportista. Los niños y adolescentes tienen diferentes necesidades y capacidades físicas que los adultos, por lo que la planificación debe ser adecuada a cada una de estas etapas. Es importante definir los objetivos antes que los métodos de entrenamiento:
- En función del calendario de deportivo: determinamos las fases de preparación, fases de competencia, las fases de transición.
- En función de las distintas competencias: determinamos el número de nivel y la duración de los picos máximos que los atletas deben lograr durante la competencia (por ejemplo, una puesta a punto a un torneo nacional).
- En función de la edad y nivel: determinamos los objetivos y elegimos los componentes de cada entrenamiento junto con las habilidades motoras que necesitan ser dirigidas para lograr un aumento en el rendimiento.
A los objetivos debemos darles niveles de importancia, no podemos trabajar todo lo que nos proponemos al mismo tiempo. Por ejemplo, si mi atleta, es un deportista de tiempo y marca. Mi objetivo principal seguramente sea mejorar su velocidad y resistencia, así puedo establecer los siguientes objetivos:
Objetivos primarios:
- Realizar entrenamientos de intervalos de alta intensidad para mejorar la velocidad.
- Aumentar gradualmente la distancia en los entrenamientos para mejorar la resistencia.
Objetivos secundarios, para trabajar en paralelo a los primarios:
- Incorporar ejercicios de fuerza a sus entrenamientos para fortalecer los músculos y disminuir el riesgo a lesiones.
- Mejorar mi técnica de carrera para aumentar la eficiencia y mejorar su economía de carrera.
- Realizar ejercicios de flexibilidad y movilidad para mejorar el rango de movimiento y evitar restricciones en la movilidad.
Objetivos terciarios: Aquellos puntos dentro de la preparación física que podríamos trabajar si vamos cumpliendo con los objetivos principales
- Aprendizaje técnico de ejercicios dinámicos, para aplicarlos a futuro con sobre carga en distintas intensidades y así tener otra variante de mejorar la fuerza/potencia.
- Participar en carreras de mayor distancia, para que sean el objetivo en la siguiente temporada.
- Investigar y adoptar estrategias de recuperación efectivas, como la terapia de masajes o la crioterapia.
Al establecer estos niveles de importancia, puedo centrarme en los objetivos primarios de manera inmediata, mientras trabajo gradualmente en los objetivos secundarios y terciarios a lo largo del tiempo. Esto me permitirá enfocar mis esfuerzos de manera eficiente y tener una progresión adecuada en mis entrenamientos.
Parte V: Puntos clave para la elección de las Evaluaciones
Existen diferentes métodos de evaluación que podemos utilizar para obtener información sobre el estado físico de nuestro equipo. Se pueden emplear tests de resistencia, velocidad, fuerza, flexibilidad, entre otros. Estas pruebas deben ser adaptadas al deporte específico y a las necesidades individuales de cada deportista y/o equipo. Al igual que las metodologías de entrenamiento no puedo en este artículo nombrar y explicar una por una de estas evaluaciones, pero podemos considerar varios aspectos para su selección:
- Las pruebas deben estar relacionadas al deporte en específico, brindándonos datos útiles para la planificación de nuestros entrenamientos. Tengan en cuenta que deben determinar o trabajar sobre algunas de las cualidades sensibles dentro del tipo de deporte que esté trabajando.
- No es necesario evaluar si no estoy seguro del protocolo, no tengo la tecnología, o si la evaluación propuesta por el club determina una información que no me es relevante. Una evaluación mal tomada es peor que no realizar ninguna. El día a día con mi equipo es una evaluación constante si sé prestar atención: Observen su desempeño durante las prácticas y competencias. El rendimiento de los deportistas debe ser evaluado constantemente durante los entrenamientos y las competiciones. Observen aspectos técnicos, tácticos, físicos y mentales. Escuchen a los deportistas: Son ellos quienes mejor conocen sus capacidades y limitaciones. Escúchenlos, pregúntenles sobre cómo se sienten, cuáles son sus fortalezas. Su opinión puede ser muy valiosa para la evaluación del día a día.
- Tengan en cuenta el historial de lesiones: El historial de lesiones de un deportista puede ser determinante a la hora de evaluar su desempeño. Consideren qué impacto han tenido las lesiones en su rendimiento y si han logrado una recuperación adecuada.
- Hagan retroalimentación constante: Una vez que hayan evaluado a sus deportistas, bríndenles retroalimentación constructiva. Destaquen sus puntos fuertes y áreas de mejora, y establezcan estrategias para que puedan trabajar en su desarrollo.
Recuerden que la evaluación es un proceso continuo y debe adaptarse a las necesidades individuales de cada deportista o del equipo. No se trata solo de asignar calificaciones, sino de ayudarlos a mejorar y alcanzar su máximo potencial.
Volvamos a charlar del primer punto que me parece importante dejar varios ejemplos claros:
La evaluación en el proceso de entrenamiento es fundamental para obtener información relevante y útil que nos ayudará a diseñar un programa adecuado. Es importante evaluar específicamente aquellos aspectos que serán trabajados en el programa de entrenamiento, de lo contrario, la evaluación carecerá de sentido y no tendrá utilidad.
- Por ejemplo, si evaluamos los saltos para obtener un perfil de potencia, pero nuestro programa de entrenamiento no incluye ejercicios de fuerza ni pliométricos, entonces la evaluación de los saltos no nos servirá de nada. La información obtenida quedará archivada sin ser utilizada en el programa de entrenamiento.
- En un segundo ejemplo, si tenemos deportistas de resistencia, como un triatleta, y realizamos una prueba de 1200 metros para determinar la velocidad aeróbica máxima (VAM), esta medida nos será de gran utilidad. A partir de esta información, podremos determinar las zonas de entrenamiento de nuestro atleta y diseñar un programa de entrenamiento que incluya pasadas, cambios de ritmo por zona y fondos aeróbicos de larga duración. En este caso, la evaluación cobra sentido, ya que la información obtenida nos sirve para planificar los entrenamientos de los próximos meses.
Es importante tener en cuenta esta premisa antes de elegir las evaluaciones que se realizarán en la planificación del entrenamiento. De esta manera, aseguramos que la información obtenida sea relevante y útil para diseñar un programa adecuado y eficaz.
Parte VI: Armado de Pre Temporada
En este artículo nos enfocaremos en la metodología conocida como periodización del entrenamiento, la cual se utiliza ampliamente en deportes de alto rendimiento para lograr una planificación sistemática y progresiva del entrenamiento.
La periodización del entrenamiento consiste en dividir el año deportivo en periodos más pequeños, como por ejemplo mesociclos, microciclos y sesiones de entrenamiento. Cada periodo tiene objetivos específicos y se diseñan de manera que se maximice el rendimiento del atleta.
Existen diferentes enfoques dentro de la periodización del entrenamiento, pero todos comparten algunos elementos comunes. Estos incluyen períodos de carga (intensidad de entrenamiento alta), períodos de descarga (intensidad de entrenamiento baja), y períodos de tapering (reducción de la carga de entrenamiento justo antes de una competencia).
El principal objetivo de la periodización del entrenamiento es lograr el pico de rendimiento del atleta o del equipo en el momento adecuado, generalmente coincidiendo con una competencia importante. Esto se logra mediante una planificación cuidadosa del volumen y la intensidad del entrenamiento a lo largo del año.
Si hablamos de pre temporada, Weineck y Tcshiene (1994) señalan que el entrenamiento preparatorio para principiantes o deportistas de rendimiento medio consta de dos fases: una primera fase de preparación física general y una segunda fase de preparación específica. En el deporte de élite, sin embargo, se enfoca principalmente en la intensidad de la carga y la carga específica de la competición durante todo el período preparatorio. Esta diferencia se debe a que los deportistas de élite ya poseen un alto nivel inicial en cuanto a su rendimiento físico y técnico, por lo que un enfoque general o basado en el volumen no es suficiente para seguir mejorando su rendimiento.
Bompa (2003) describe que el entrenamiento de la fase de preparación tiene como finalidad producir adaptaciones. Para los macrociclos de desarrollo, las demandas semanales de entrenamiento, siguen un patrón escalonado. Una muestra sería una carga aumentada en cuatro escalones y finalizada con una semana de descarga (por ejemplo, metodología tapering). Esta estructura es aconsejable para la parte inicial de la fase de preparación cuando el deportista se encuentra descansado y las demandas de entrenamiento son de moderado a exigentes. Este período del año puede dedicarse al aprendizaje de nuevas técnicas y habilidades tácticas, a la corrección de viejos hábitos y para establecer las bases del entrenamiento físico. La mayoría de los autores recomiendan emplear una estructura 3:1 en la mayor parte de la fase de preparación. Si las técnicas de monitorización ponen de manifiesto la existencia de un nivel de fatiga superior al esperado, las cargas de la semana de descarga deberán disminuir por debajo de los niveles previstos o aparecer en entrenamientos antes de lo planificado.
En resumen, el objetivo de este periodo es sentar las bases físicas para el entrenamiento posterior, desarrollando las capacidades físicas del equipo o atleta y preparándolos para enfrentar las futuras competencias. Es una etapa clave para el éxito del deportista en su disciplina.
Parte VII: Conclusión
En conclusión, el diseño de la carga de entrenamiento en la pretemporada debe tener en cuenta los aspectos condicionantes nombrados, como el nivel de los atletas, el tiempo disponible, el calendario de competición, la edad, la disponibilidad de infraestructura y materiales. Plantearse objetivos a corto y largo plazo que vayan desde los propios como preparador físico hacia los objetivos institucionales y/o deportivos. Una vez que estos aspectos se han considerado y resuelto, se puede comenzar a planificar determinando las características del rendimiento físico del deporte en el que estoy trabajando, aplicando estas cualidades sensibles tanto en la etapa preparatoria como en las etapas específicas y/o competitivas. Es necesario establecer una programación adecuado hacia las competencias, teniendo en cuenta los momentos de mayor importancia y los momentos de descanso, la correcta planificación anual llevará a nuestro equipo y/o a los atletas a alcanzar estas metas propuestas. En cuanto a la selección de evaluaciones, el sistema de periodización, los métodos de entrenamiento, elijan lo que mejor se adapte a sus conocimientos y personalidad. Recuerden que nuestra aérea de trabajo gracias a la evidencia científica deportiva y los avances tecnológicos está en actualización constante, es por eso que nosotros los preparadores físicos también estamos en formación y crecimiento continuo. Entonces, probar, medir, acertar o equivocarse en el camino es parte del proceso de crecer y obtener experiencia como profesional. En este artículo no busco darles la “receta mágica” quiero brindarles herramientas de búsqueda, darles información útil y guiarlos en un camino de aprender a analizar su deporte para achicar esa brecha de error lo más que pueda con mi aporte. Espero serles de ayuda, y pueden escribirme con la duda que tengan a mi inbox de Instagram. Compartir y recomendar mi trabajo es su ayuda hacia mi persona. Saludos y éxitos para esta temporada.